Hacía mucho tiempo, creo que fue antes de ser mamá, antes de casarme, antes de ser novia, antes de empezar a trabajar, que no me daba un atracón de lectura como con este libro. Ayudó que llegó a casa, gracias infinitas Ariel, al principio de un fin de semana, que el domingo no hubo luz eléctrica durante TODA la mañana y parte de la tarde, que las nenas estaban en lo suyo.
Lo dramático fue ver avanzar el reloj sobre el horario en el que tenía que estar en la cocina preparando el almuerzo, con el protagonista sufriendo y el misterio inconcluso. Y tener que dejar el libro sobre la mesa, a la espera de otro momento para mí.
Además, necesitaba confirmar cuál era el nexo del protagonista con alguno o algunos de los personajes de “La ciudad de las ranas”, que no tengo en mi biblioteca, porque acepté no comprarlo de nuevo, sino leer el ejemplar de mi mamá. Voy a tener que volver a leer “La ciudad de las ranas” y después volver a leer este para encajar mejor las piezas en el rompecabezas.
Leo lo que escribe Hugo Alconada Mon desde las primeras notas de Economía en el diario La Nación. Sólo me faltan sus dos primeros libros en mi colección (hay un par del medio en la biblioteca de mamá, pero siempre se pueden pedir y podemos olvidarnos de devolver). Pausa y Pausa 2, primero como entrevistas y después en formato libro me abrieron caminos de lecturas durante la pandemia y más allá. Y me permitieron conocer autores que ahora integran mi trabajo profesional.
Leo policiales desde los 12 años, cuando Virginia, mi compañera de lecturas del colegio, me obligó a enfrentarme a Agatha Christie. Amo los enigmas del policial clásico, de investigación, con método y que parece que te guía, pero te esconde.
Acá combinamos un autor admirado, un enigma policial, método de investigación, en el marco de la historia argentina, en un período en el que la Argentina se estaba haciendo con sus brillos y sus sombras. Y lo único que quedó fue leerlo hasta terminar.
Volví a la ficción, volví a romper la regla de oro de cuando era una lectora voraz, pero ordenada, que no podía empezar algo nuevo si tenía libros empezados. Seguiré con esas lecturas a partir de mañana. Mientras planifico relecturas… Vayan y compren y lean. Aprovechen las vacaciones de invierno, por lo menos que no hay que correr con horarios escolares.